jueves, 2 de abril de 2015

Cumbres Borrascosas (1847) // Emily Brontë


"El pensar en él llena toda mi vida. Si el mundo desapareciera y él se salvara, yo seguiría viviendo; pero si desapareciera él y los desmás continuaran igual, yo no podría vivir"





Un hombre llamado Lockwood llega a la finca Cumbres Borrascosas para conocer al señor Heathcliff, su casero, que le ha alquilado una villa cercana, la Granja de Tordos. El recibimiento no puede ser más frío. En la casa viven también la nuera de Heathcliff, Catherine, y el joven Hareton Earnshaw. Los tres personajes le parecen a Lockwood incomprensiblemente toscos y amargados.


La señora Dean, que sirve a Lockwood en la Granja de los Tordos y cuidó de ellos cuando eran niños, le cuenta la historia de las dos familias que viven en la zona, los Linton y los Earnshaw. El señor Earnshaw, dueño de Cumbres Borrascosas, trajo un día a su casa a Heathcliff, un niño abandonado, para criarlo como suyo. Los hijos de Earnshaw recibieron con extrañeza a Heathcliff . Con el tiempo, la hija, Catherine, se hizo buena amiga de él, pero el hijo mayor, Hindley, lo detestaba y no perdía ocasión de humillarlo. (Wikipedia)


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El único libro de Emily Brontë y ¡qué libro! Publicado en 1847 bajo el seudónimo de Ellis Bell. 

El libro en general te atrapa, desde las primeras escenas donde el señor Loockwood visita a Heathcliff y la frialdad y amargura con la que es tratado. Amas y odias al personaje principal, Heathcliff. 

Es una historia romántica (del Romanticismo) en toda la extensión de la palabra por ese amor apasionado y todos los obstáculos que impiden que Heathcliff y Catherine esten juntos, por las emociones fuertes, sobre todo la venganza y por la esperanza de ser felices más allá de la vida. También clasificada  dentro de la novela gótica, por los fantasmas, los paisajes fríos y los sentimientos de venganza y odio. En definitiva un clásico que debes leer. 

La novela abarca varias generaciones, pero principalmente toda la vida de Heathcliff, desde que llega a la casa de los Earnshaw hasta que muere; y todo es contado por una de las sirvientas, la señora Dean, así que vemos todo desde su perspectiva, como testigos de una gran historia. 

Me impresionó la forma en la que va cambiando Heathcliff, desde el huérfano que llega a una casa desconocida que al principio es amado por su padre adoptivo pero después es rechazado y maltratado por los demás integrantes de los Earnshaw; luego el niño salvaje que se enamora y el hombre vengativo que logra hacerse de la fortuna de ambas familias, pero que al final no es capaz de concluir su venganza. Catherine por su lado es una niña caprichosa que en un momento se vuelve salvaje como Heathcliff, pero vuelve a ser una señorita educada por influencia de los Linton, pero jamás sin dejar de ser mimada y voluntariosa. Aunque, en lo personal, a quien más odié fue a Linton, hijo de Heathcliff e Isabel Linton, por mimado, enfermizo, grocero y demás; llegas a entender el desprecio que le tiene su padre. 

A pesar de que Brontë no tenía mucha experiencia de la vida, ya que nunca salió del lugar donde vivió y era muy enfermiza, logró describir un amor apasionado y sin limitaciones, unos personajes que no seguían una línea moral específica, sino que seguían sus propios instintos.  Aunque hay que reconocer que leía mucho y sus hermanas también fueron escritoras, quizas por ello no le hizo falta vivir ciertas experiencias para poder escribirlas.